Friday, January 27, 2017

Vallas donde vayas

En Cuba, vayas donde vayas hay propaganda donde mi mente espera un anuncio comercial. Me recuerda a los anuncios de televisión española donde te cascan 7 minutos de publicidad interna. El sistema se retroalimenta de esta manera ensalzando los logros en educación y medicina, ensalzando a los héroes, condenando el bloqueo y repitiendo eslóganes que al principio veo como fanatismo, pero cuando me acostumbro a ellos empiezo a temer que se me estén grabando en el subconsciente.

Parece que lo que lo peta ahora mismo es beatificar a Fidel. Veo muchas pintadas en referencia a él. Varios
Yo soy Fidel y otros tantos Fidel está vivo en el pueblo.

El segundo en presencia es el Che, imagen de los billetes de tres pesos que la gente suele coleccionar y yo no me he podido resistir a esa moda.

Sorprendentísima también la imagen de Hugo Chávez en muchos lugares. El mejor amigo de Cuba.

Por doquier también está el busto de José Martí. El poeta favorito de la revolución.

Mención aparte los monumentos megalíticos, la presencia militar, los nombres de las calles idénticos en cada ciudad. Todas tienen una calle José Martí, un parque Céspedes y una plaza de la Revolución.

Cuba vende Cuba y es un producto de marketing que no te queda otra que comprar si eres cubano y hace que la política inunde lo cotidiano. Todo el mundo tiene una opinión. Todo cubano habla de política.

Todo esto contrasta con la poca presencia religiosa. Se ve algún santero que viste de blanco entero y lleva collares. Hay alguna iglesia, pero me da la sensación de que la política sustituye a la espiritualidad en la mayoría de casos. Los héroes son santos. El arte está al servicio de la revolución. El estado provee maná para el pueblo.

Pienso si en nuestro mundo pasa lo mismo y la religión es el capital y ponemos el ingenio, la creatividad y el espacio publicitario al servicio del mismo. La idea la tengo un poco con pinzas, pero intuyo una conexión potente ahí que esperemos que se vaya asentando.

En estos momentos vuelo a Monterrey con el peso en caída libre. Un país donde la jornada laboral es de 45 horas, por lo que se trabaja los sábados y sospecho que reina un capitalismo far west. Creo que va a ser un contraste interesante.





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