Tuesday, January 31, 2017

Cuestionamiento regiomontano

Es autobús parece flotar por una alfombra de asfalto y en la ventanilla ponen un paisaje bastante homogéneo formado por unas decenas de kilómetros de llanura semidesértica que cerca del horizonte se levanta en varias capas de la sierra madre junto a la que viajamos paralelos con dirección a San Luis Potosí.

Nuestro primer contacto con México ha sido en Monterrey en casa de una pareja de couchsurfers fantásticos. Perla y Antonio. Perla es fotógrafa y ha vuelto de Madrid hace unos meses de estudiar un máster. Antonio es economista y trabaja en un taller y tienen la intención de ir a Holanda o Suecia a trabajar en un futuro. La primera experiencia con couchsurfing en el viaje no puede ser mejor. Ambos nos abren las puertas de su mundo y nos integran en sus vidas presentándonos a sus amigos, enseñándonos la ciudad y llevándonos a comer cuando sus trabajos lo permiten.
El viernes Ribe y yo visitamos el centro de la ciudad que está intentando atraer turistas a pesar de no ser una maravilla de ver. Hace poco hubo bastante violencia pero nos dicen que la cosa está bastante tranquila. Predominan edificios altos sin mucha gracia como bloques de hormigón brutalistas y una gran plaza discontinua. El tiempo no acompaña hace frío y las actividades para hacer no van mucho más allá de visitar el museo de arte contemporáneo donde vemos una expo de pintura y una sobre la luz eléctrica. Esta última tiene obras realmente interesantes. Lo que más nos llama la atención a ambos es la sobreabundancia y lo repletas que están las tiendas de todo lo que uno pueda necesitar, anhelar o encapricharse. El contraste con Cuba es evidente. Vemos los anuncios y los letreros de los negocios competir por la atención del cliente en pocos metros cuadrados. Luces, impresión de gran formato. Las librerías están repletas de libros de autoayuda, espiritualidad, mindfulness y emprededuría, incluso la del museo. El tipo de libros a los que no suelo hacer caso en las librerías españolas aquí triunfan. Pienso en que es todo parte de una rueda retroalimentanda. Más tarde me comentarán que el norte de México está muy influido por Estados Unidos, o como ellos dicen "agringado" y que conforme vayamos bajando esta fiebre emprendedora se va disipando. Perla lo achaca a la baja cultura media del mexicano que lee un libro al año y que estas lecturas fáciles pueden ser una buena introducción. No sé yo.

Antes de volver vamos a tomar un café a una cafetería orgánica donde la camarera nos pide que le digamos nuestro sueño para escribirlo en nuestra taza. Ribe contesta rápidamente Viajar y yo me bloqueo y le digo a la chica que es una pregunta muy complicada que me hace pensar en que tener sueños cuando se está viviendo uno es construir demasiadas capas y acabo soltando una frase peregrina. Monterrey empieza a confrontarme y a hacerme preguntas.

El sábado vamos al parque Fundidora con Perla. Una antigua fundición de acero que han reconvertido en parque con muchas actividades culturales. Sigue haciendo frío y en el tejado de una de las fábricas reconstruidas Monterrey me vuelve a cuestionar diciéndome "¿Es usted feliz?". En serio Monterrey, no te pongas intenso, que no estoy a eso ahora mismo. Vemos la Bienal de Femsa y nos reunimos con Antonio para comer.

Por la noche vamos a casa de Chava, un amigo de la carrera de Antonio que es muy friki de los juegos de mesa y pasamos un buen rato jugando al Catán, Ticket to ride (que en España creo que se llama Pasajeros al tren) y uno de camiones de ganado del que no recuerdo el nombre. Chava disfruta como un niño jugando y explicando el juego, tanto que, al parecer, la mayor diversión de sus amigos suele ser "chingar a Chava" para verlo rabiar. Lo más llamativo de la casa de Chava es que para entrar al residencial hay que pasar por una garita con un segurata que solo abre tras una llamada telefónica al visitado y al que hay que dejarle una identificación y a veces una propina. Un portero extreme.

El domingo luce el sol y se disipa la niebla. Vemos por fin las montañas que rodean Monterrey y me asalta una pequeña sensación de claustrofobia. Perla y Antonio nos llevan junto a Katty y su hija Emma a comer a un mesón de carretera llamado Los Parientes en Allende, el pueblo de Perla. Katty desde el primer momento nos fascina. Trabaja en una organización relacionada con la integración de los indígenas mientras hace un MBA y cuida de Emma. Solo con oírla hablar sabes que estás ante una mente lúcida que rebosa energía. No para de disculparse por las travesuras de Emma, de un año y medio, con la que empiezo a desarrollar un buen entendimiento que acaba en juegos y diversión que Katty agradece. Después de comer vamos al puesto de elote que los padres de Perla regentan en la carretera de Allende. El elote es la mazorca de maíz cocinada bien sea hervida, asada o cocinada. La comida en México merece un capítulo aparte. Tengo la sensación de que no he hecho más que comer desde que llegué. Me siento más pesado y sobre mi actividad intestinal no voy a entrar en detalles.

Friday, January 27, 2017

La tortilla de patatas

Zep es una chica turca que lleva 5 meses viajando. Empezó por México y ahora está en Cuba para luego ir a Guatemala. Viaja sola pero nunca está sola.

Esta es Zep



Zeynep es su verdadero nombre y viaja por muchas razones. La salud le ha dado algunos sustos y vivir en la dictadura de Erdogan siendo activista le ha dado otros tantos. Zep no quiere vivir en esa Turquía oprimida y se enerva de ver que nada va a cambiar. Zep busca su lugar en el mundo porque siente que el que tenía se lo han arrebatado.

Cuando la conocí me dio la sensación de que acaparaba la atención con su acento americano perfecto y su personalidad arrolladora. Su costumbre de llamarte sweetie tampoco me entusiasmaba, pero pronto se ganó nuestra confianza y Ribe y yo sucumbimos al huracán Zep y Baracoa ha sido inolvidable en parte  gracias a ella. Un día tuvo la brillante idea de cocinar para los dueños de la casa en la que nos alojamos que tan bien nos estaban tratando. Para hacerse una idea estábamos pagando unos 6€ por noche desayuno incluido y alguna cena que también cayó. Además son una familia super agradable y si vais a Baracoa quedaos con ellos porque merece la pena. Decidimos hacer tortilla de patatas porque a Zep le encanta y Ribe y yo sabemos cocinarla. Ella se iba a encargar de comprar los ingredientes y nosotros de cocinar.

Una tarde apareció con un kilo de patatas y una cebolla minúscula, un tomate gigante y la noticia de que se apuntaban dos argentinas y una española que habíamos conocido. Tortilla para 10 con un kilo de patatas... Difícil empresa. Al día siguiente decidimos comprar más ingredientes.

Los huevos nos cuesta un horror adquirirlos. Pasamos la mañana de tienda en tienda comprobado que los huevos, al estar en la libreta de racionamiento no pueden ser adquiridos por alguien que no la tenga, es decir, no cubano; no huevos. Intentamos comprarlos en un puesto de bocatas donde vemos que tienen y nada, pero un tipo nos oye y se ofrece a comprarlos para nosotros en una bodega. Casualmente es un bicitaxista y nos lleva en su bicitaxi al lugar. Entra y compra los huevos y los saca escondidos en su mariconera y los transvasamos a nuestra bolsa o jaba como dicen aquí. Se lo agradecemos y se ofrece a llevarnos de vuelta, pero se rompe el bicitaxi. Nos despedimos de el dándole una moneda a modo de agradecimiento que rechaza.

Compramos más patatas y más cebollas por la calle y nos vamos a la playa a hacer hambre. Al volver de la playa nos disponemos a cocinar y comprobamos que no tenemos aceite. En la casa no tienen suficiente para freír patatas, así que me aferro a la épica y les digo que empiecen a pelar patatas que yo voy a buscar aceite a las 7 de la tarde. Nadie confía en que lo consiga. Las tiendas que no están cerradas no tienen aceite, así que empiezo a preguntar por bares y restaurantes cada vez más lejos de la casa y con menos esperanzas de conseguir aceite.

Una chica rubia me asalta enseñándome el menu de su restaurante y yo aprovecho para pedirle aceite. Negociamos y me dice que 2 cuc por el aceite. Accedo. Espero y me saca media botella de aceite de soja. Le pago un billete de 3 cuc. No tiene cambio. Busca cambio en un sitio. No hay. Busca en otro y viene y me da 2 cucs con una sonrisa. Entiendo que me ha hecho una rebaja aunque es posible que se haya liado con el cambio. Vuelvo heroico y me dicen que tenían un plan B que era usar grasa de cerdo.

Nos ponemos manos a la obra y nos sale una tortilla fastuosa a pesar del fogón eléctrico. Las argentinas y la española flipan. Y la familia nos felicita. La hija, Anabel, guarda un trocito a su novio que va menguando poco a poco. La tentación vence al amor. A falta de pan donde untar el tomate lo ponemos de ensalada y acompañamos la tortilla con arroz blanco.

Reflexionando sobre el tema nos damos cuenta de que hemos usado el approach inverso. Estamos acostumbrados a pensar qué queremos y conseguir lo necesario para obtenerlo. Aquí parece ser al revés y partes de lo que tienes y lo combinas. Me acuerdo de las palabras de J diciendo que no quiere vivir en un país donde no pueda bajar a comprar lo que necesita su familia a la vuelta de la esquina.

A la mañana siguiente la dueña de la casa nos prepara una tortilla para desayunar que está casi tan buena como la nuestra. La nuestra estaba sorprendentemente buena. Dice que ve Masterchef España y que deberíamos presentarnos.

Nos despedimos de ellos prometiendo una recomendación grande y de Zep prometiendo un reencuentro en Guatemala.


Incumplimiento de una profecía

Poco antes de empezar el viaje encontré un libro llamado Muerte de un murciano en La Habana. 



Pensé que era una casualidad graciosa que no me molaba un pelo. El día que nos montamos en el camión para ir de Bayamo a Santiago me vino a la mente el dichoso libro y justo cuando más rápido iba el camión vimos esto.



Un camión como el nuestro sepultado bajo un camión de maíz con toda la mercancía desparramada por el suelo y un montón de gente entre curiosos y colaboradores que intentaban sacar al conductor atrapado. Los bomberos tardaron en llegar como 20 minutos y las labores de rescate previas implicaban una cuerda, un tractor, un hacha y poca organización.

Al volver al camión el conductor iba más despacito y yo me dije que ok, que he pillado el guiño y que no tentaré más a la suerte.

Quizá sugestionado porque el día anterior había visitado el cementerio de La Habana, que por cierto está chulísimo, donde vi la siguiente lápida en honor a un paracaidista tocayo mío "Luis, tú no has muerto con tu muerte porque aun muerto en Cuba vives".


Vallas donde vayas

En Cuba, vayas donde vayas hay propaganda donde mi mente espera un anuncio comercial. Me recuerda a los anuncios de televisión española donde te cascan 7 minutos de publicidad interna. El sistema se retroalimenta de esta manera ensalzando los logros en educación y medicina, ensalzando a los héroes, condenando el bloqueo y repitiendo eslóganes que al principio veo como fanatismo, pero cuando me acostumbro a ellos empiezo a temer que se me estén grabando en el subconsciente.

Parece que lo que lo peta ahora mismo es beatificar a Fidel. Veo muchas pintadas en referencia a él. Varios
Yo soy Fidel y otros tantos Fidel está vivo en el pueblo.

El segundo en presencia es el Che, imagen de los billetes de tres pesos que la gente suele coleccionar y yo no me he podido resistir a esa moda.

Sorprendentísima también la imagen de Hugo Chávez en muchos lugares. El mejor amigo de Cuba.

Por doquier también está el busto de José Martí. El poeta favorito de la revolución.

Mención aparte los monumentos megalíticos, la presencia militar, los nombres de las calles idénticos en cada ciudad. Todas tienen una calle José Martí, un parque Céspedes y una plaza de la Revolución.

Cuba vende Cuba y es un producto de marketing que no te queda otra que comprar si eres cubano y hace que la política inunde lo cotidiano. Todo el mundo tiene una opinión. Todo cubano habla de política.

Todo esto contrasta con la poca presencia religiosa. Se ve algún santero que viste de blanco entero y lleva collares. Hay alguna iglesia, pero me da la sensación de que la política sustituye a la espiritualidad en la mayoría de casos. Los héroes son santos. El arte está al servicio de la revolución. El estado provee maná para el pueblo.

Pienso si en nuestro mundo pasa lo mismo y la religión es el capital y ponemos el ingenio, la creatividad y el espacio publicitario al servicio del mismo. La idea la tengo un poco con pinzas, pero intuyo una conexión potente ahí que esperemos que se vaya asentando.

En estos momentos vuelo a Monterrey con el peso en caída libre. Un país donde la jornada laboral es de 45 horas, por lo que se trabaja los sábados y sospecho que reina un capitalismo far west. Creo que va a ser un contraste interesante.





Cuba ya casi es un recuerdo

Sentado en el aeropuerto, esperando a que salga el vuelo a Monterrey. Sigo en Cuba pero esto ya casi no es Cuba. En los aeropuertos hay bastante poco de un país. La gente local se mezcla con el extranjero. La voz de megafonía tiene el acento más suave. Las tiendas venden un resumen de todo lo que el turista podría haber comprado en el lugar y no ha comptado, por eso el aeropuerto es un no-lugar, es una gran sala de espera, y a esto no me atrevo a llamarlo Cuba, mejor lo llamo no-Cuba.

Ha sido la primera etapa del viaje y supongo que toca enumerar lo que se me ha quedado en la memoria.

- Baracoa en todos los sentidos. La naturaleza brutal y la gente. La sensación de paraíso en general a pesar del huracán.
- Las casas desbaratadas de La Habana.
- Los almendrones, los Ladas y los baches de la carretera.
- Los edificios.
- Los colores de los coches con los edificios y la ropa de la gente.
- El pollo con arroz y frijoles.
- Las tiendas vacías y el desabastecimiento.
- La propaganda omnipresente.
- El béisbol y el jonrón de Despaigne.
- Los restaurantes tristes sin decoración ni sonrisas.
- La idea de olla a presión.
- Una isla siempre acaba mirándose el ombligo.
- La sensación de seguridad.
- Las colas.
- La guayaba, el mamey, la guanábana, la fruta bomba, la fruta en general y los helados.
- La yuca, la malanga, el boniato y la patata.
- El azúcar oscuro que endulza de una forma poco habitual.
- Los vendedores ambulantes que pegan voces y la comunicación interpersonal a altos volúmenes.
- La intensidad del acento cubano.
- Las humaredas de los coches.
- La gente durmiendo en sitios inesperados.
- Los perros callejeros.
- Los dos tocororos, el pájaro nacional, que vi.
- La tierra roja.
- Pisar barro descalzo en Humboldt.
- Acordarme de Pentxo por beber ron a lo pirata.
- Las risas con Leiva.
- Los poemas leídos por J.
- El compañerismo con Ribe.

Tuesday, January 24, 2017

Los coches y el transporte cubano

En la postal típica de la Habana siempre aparece un enorme coche antiguo americano que aquí llaman almendrones. Además de su labor cromatico-paisajística, estos coches recorren la ciudad de arriba a abajo actuando de taxis colectivos, básicamente como un bus al que tienes que parar con un gesto que indique el número de pasajeros con los dedos. Los almendrones funcionan con petróleo, generalmente robado de alguna empresa estatal, y dan un olor característico a la ciudad.

Los almendrones conviven alegremente con otras especies entre las que destacan coches soviéticos de la marca Lada o Moscovitch, coches chinos modernos de marca Geely, carruajes de caballos, bicitaxis, motos, bicis, sidecars, autobuses amarillos como de colegio americano y un sinfín de ingeniosos transportes.

Es muy frecuente ver a alguien reparando un almendrón en un lado de la carretera. En Cuba no se tira nada, todo se arregla y se reutiliza. Además no parece haber muchas grúas.

Cabe decir que en las autopistas habitan vendedores ambulantes de queso, plátano, pollos, maní y cualquier cosa imaginable. Ocupan casi un carril de los dos posibles. Se cruza la autopista bastante a lo loco y los cambios de sentido se hacen por la mediana.

Una forma de transporte bastante habitual es el camión. Una forma de viajar muy barata pero un poco incómoda. Por menos de un euro puedes ir de una ciudad a otra hacinado como cabeza de ganado y tratado como tal. Adjunto foto de Ribe disfrutando del confort del camión.

Creo que eso es todo lo que tenía que decir sobre aparatos de locomoción. Parece que he dejado el formato diario periodístico y he vuelto al ensayo. Parece que al cambiar de zona y de compañía el viaje y el blog un mutado en algo distinto.

Friday, January 20, 2017

Thursday, January 19, 2017

Bayamo, cuna de la nacionalidad cubana

Llevo días sin escribir. Tengo la mirada acostumbrada a Cuba. Estos días han sido de viaje más turístico con excursiones a caballo y actividades guiris que no creo que interesen demasiado.

Ya no me impresionan los caballos por la autopista, la gente vendiendo queso, los baches criminales, los perros callejeros o los coches antiguos. Ya estoy aplatanado como se dice aquí.

Después de 14 horas de bus Ribe y yo hemos llegado a Bayamo en la provincia de Granma. Granma es muchas cosas. Provincia, periódico, equipo de béisbol y un barco que dio nombre a todo lo anterior.

Buscamos un sitio donde cenar. Aprovecho unos minutos de wifi para buscar recomendaciones en TripAdvisor y encontramos un restaurante en el top. En la puerta encontramos unos holandeses a los que no han servido por ir en shorts. Decidimos no comer * ahí y vamos a una hamburguesería que hay cerca. Los locales parecen todos cerrados aunque el cartel pone abierto. Esto nos llama mucho la atención y nos preguntamos si es porque no quieren que entre gente o porque piensan que la gente no entrará al verlo vacío. Entramos en uno para tomar un cerveza y enseguida nos instan a que nos sentemos a pesar de que no hay nadie más y que no tienen cerveza. Todo es muy extraño.

La hamburguesería es indescriptible. Nos sentamos y en seguida se nos sienta un señor al lado pidiendo permiso a pesar de que hay mesas libres. El hombre lleva una bolsa con más de ocho hamburguesas. Nos comenta que solo sirven dos hamburguesas por persona y que él está comprando para su familia y que para que le den más tiene que cambiarse de mesa y pedir de nuevo. Se las traen y el tipo se marcha con sus hamburguesas y unos cuantos refrescos de naranja en plástico. Otra señora se sienta con nosotros con el mismo propósito y empieza a hablarnos del partido de béisbol. Todo el mundo está pendiente del béisbol y la mujer dice tener un presentimiento de que Granma ganará el juego de hoy.

La camarera desganada nos trae unas hamburguesas que distan mucho de tener buena pinta. La carne parece pollo. El queso es rosa y el sabor... No está mal. El precio son 10 pesos cubanos que viene a ser unos 40 céntimos de euro. Una cena realmente barata. En efecto se trata de un establecimiento del estado y como tal está decorado con la más absoluta austeridad. Los manteles son de tela y el ambiente me recuerda a un restaurante chino al que le han eliminado toda decoración. Pienso en que allí nadie está sonriendo. La verdadera Cuba parece tener el rostro severo.

Vamos a un bar donde una cerveza nos cuesta lo que cuatro hamburguesas. Obviamente estamos en la zona más turística en un establecimiento privado. Vemos el béisbol y Granma pierde 3 a 0 contra Ciego de Ávila. Primer partido de los 7 que decidirán el campeón de la serie nacional cubana. Es la primera vez que Granma llega tan lejos. Le explico lo poco que sé de béisbol a Ribe y el partido transcurre sin que nada suceda. Acabamos la cerveza y vamos a La casa de la trova donde hay música en directo. Nos dicen que "es free" y decidimos ir. Hay un grupo tocando y escuchamos Guantanamera por enésima vez. Efectivamente era un cebo pues la cerveza ahí nos cuesta 2 CUCs, dos euros, seis hamburguesas. Además integran vendernos CDs del grupo en tres idiomas y me empiezo a sentir muy guiri.

Cuando la banda termina de tocar todos los cubanos se reúnen alrededor del partido y en un momento dado uno avisa de que Granma ha empatado en la séptima entrada. Estamos cansados por haber pasado la noche de viaje en bus y decidimos volver a la casa donde Reinaldo, el dueño, nos invita a ver el partido junto a él y su mujer. Me cuenta curiosidades como que los equipos cuentan con jugadores de otros equipos ya eliminados o que algunos que están jugando en Japón han venido a echar una mano.

Siguen empatados en la décima entrada cuando sale Despaigne a batear. Un gordito en el que todos tienen mucha fe. En el primer bateo manda la bola a las nubes y Reinaldo se pone de rodillas en el suelo y me choca la mano. En la calle se oyen gritos como si fuera un gol del Mundial. El Pitcher de Ciego de Ávila se viene abajo y lo cambian. Poco después Granma elimina a tres y ganan el partido. Reinaldo goza como loco y me dice que ya somos granmeros.

A la mañana siguiente una viejecita nos parará para decirnos Arriba Granma y pienso en la importancia del deporte como pegamento social.

Ponemos rumbo a Santiago de Cuba para ir a Baracoa. Nos montamos en un camión que por 25 cups nos lleva a Santiago desde Bayamo. 1€ en lugar de los 10€ que cuesta en autobús. Menos comodidad pero más...

Colorear el abandono

Nos despierta el canto de un gallo insomne que me recuerda a la campana de la iglesia que hay junto a mi casa en Murcia que se confabula con un semáforo para perturbar el sueño a horas intempestivas. Me ducho con agua fría y desayunamos unas tostadas con mantequilla que prepara Yaniel.

Janios nos recoge en el Lada y ponemos rumbo al centro de la Habana. Casa sitio donde miro me estimula. Todo son colores y vegetación. En la carretera reina el caos. Caóticos baches en la carretera. Caótica conducción. Aquí las reglas están para incumplirlas dice alguno. Es muy difícil describir el tráfico. Gente subida en la parte de atrás de camionetas. Una vieja negra conduciendo un tractor que remolca una cisterna... Los perros callejeros se cruzan y en un momento se nos cruza un gallo que parece recordarnos el despertar que vamos a sufrir a lo largo del día.

Paramos en un banco lejos del centro a cambiar dinero. El olor a Oficina vieja la gente esperando en sillas sin respaldo. La suciedad. Lo despacio que funciona todo. La gente. Sus vidas. Un militar muy viejo con un arma. Cambiamos los euros por unos cuantos cucs y seguimos hacia la famosa plaza de la revolución.

La política en Cuba es omnipresente. Acostumbrado a que las vallas publicitarias anuncien productos me choca muchísimo ver cómo cada valla publicitaria aquí tiene mensaje político acerca de la bloqueo, educación, amigos del comunismo... La venta de un producto que no te queda más remedio que comprar. Las paredes pintadas con mensajes de recuerdo a Fidel. Hasta siempre comandante. Fidel es el pueblo. Por todas partes su imagen y la del Che. Es muy difícil hacerse a la idea de la magnitud de la presencia propagandística. Cuba es política y las conversaciones no pueden más que girar en torno a ello.

La siguiente parada es la Universidad. Un edificio monumental que contrasta con la pintura desconchada de las paredes por dentro y los muebles viejos. A L le sorprende la presencia mayoritaria de estudiantes de raza blanca y preguntamos por el racismo en Cuba y obtenemos silencio como respuesta.

Empiezo a ver escombro por todas partes. Grietas inmensas. J dirige nuestra mirada hacia lo ruinoso y nos explica que su conocimiento tan profundo de la historia de su país le impide ser participe de todo esto. Recuerdo las conversaciones que teníamos en la oficina donde me explicaba lo mal que estaba todo allí y yo le preguntaba por datos que escuchaba. Cada vez más me alegro de haber venido a verlo de primera mano. Me alegro de haber venido con él y de verla a través de sus ojos. Su actitud de renegado apenas denota conflicto. Está tan seguro de que todo esto está mal que no parece albergar ningún amor hacia su propia tierra, sensación de la que desconfío y en la cual espero encontrar alguna flaqueza.

Caminamos hacia el hotel Nacional por la calle 23. La ruina se convierte en una constante. Cada edificio parece abandonado. Me sorprende cómo se integra la vegetación en la arquitectura. Como si la vida se abriese camino en cualquier lugar. Edificios abandonados llenos de vegetación. Edificios no abandonados llenos de vegetación. Edificios que deberían estar abandonados llenos de gente. Que en lugar de verde colorean los balcones con los colores de la ropa. Vida abriéndose camino. Gente en estado vegetativo. J llegará a describir como Zombies. Gente vegetal sin nada que hacer. Ninguna ocupación más que ocupar un espacio.

Me empiezo a fijar en los colores y no dejo de pensar en la idea de colorear el abandono. Como si la ruina de colores pastel fuese menos ruina.

Llegamos a la embajada americana. Bosque de banderas. Supermercado. Electrodomésticos caros. comida y conversación.

Capitolio y ruina.
Iglesia
Habana vieja y hedonismo. Años 50

Alejandro. Santiago Feliu. El fantasma de Vladimir.

Hospitalidad y su correspondencia.

Siento que hoy han sucedido más cosas que en meses. Estoy tan cansado que se me cierran los ojos nada más acostarme. Siento que me ha despertado un gallo y se me han llenado los ojos de cosas vistas. Mi conflicto es más grande porque sé más. No he encontrado respuestas, solo he sido tensado la cuerda del conflicto. Ahora sé más, y eso implica estar menos seguro de todo. Redactar mejor. Siento que mi huida de la política no sería posible aquí. Quién hubiera sido yo aquí? Me hubiera rebelado? Sería un zombie?

Me invade como siempre la incapacidad de transmitir lo vivido. De que todo es demasiado complejo y mi osadía de intentar plasmarlo es algo inútil. que lo único válido que se puede hacer es escribir Mamá estoy bien y seguir consumiendo colores con los ojos.

Los contrastes

Día tranquilo. Nos levantamos con calma y esperamos a J que llega en el Lada para llevarnos a alquilar un coche que nos permita viajar fuera de la Habana. Lo conseguimos a través de Jorgito, un contacto de la madre de J que hace de intermediario con una agencia para que no nos timen. La madre de J nos dice que aquí todo funciona así, que tienes que conocer a gente para conseguir cualquier cosa. Esperamos tomando primero café y luego cervezas y así se nos va la mañana.

Pasadas unas horas tenemos un coche bastante aceptable de la marca china Geely. La comodidad de un coche moderno en contraste con uno de los años setenta es increíble. J dice que se le ha pegado a la ropa el olor del Lada y que no le gusta. Yo le digo que me recuerda al Diane 6 de mi infancia. El olor, las vibraciones de los asientos, el sonido agudo y armónico del motor...

Comemos en el morro donde hay unas vistas espectaculares de la Habana. Una vez más pedimos algo de la carta que no tienen. Nos demoramos hablando en la comida y nos acercamos a ver a los suegros de J. Llegamos a Alamar. Un barrio muy humilde que me recuerda a los fumaderos de crack del Bronx de las películas. Subimos once pissos a pie porque el ascensor está roto. La sensación es de una especie de miedo seguro. Sabes que no te va a pasar nada pero la estética te daría miedo en cualquier otro lugar. Descubrimos que J se ha equivocado de edificio tras preguntar a la gente. Consecuencias de la arquitectura comunista colmenar. Probamos en el siguiente bloque. Exactamente igual pero con el ascensor funcionando. Subimos hasta el penúltimo piso y al fin encontramos la casa de Eduardo y Margarita.

Eduardo es un comunista convencidisimo antiguo profesor de universidad enfermo de cáncer suegro de J. Nos reciben amablemente y nos ofrecen café. La casa es una celda en una colmena. La casa rebosa libros con los lomos gastados a los que han añadido el nombre con papel y boli. J se pone al día a nivel familiar. Llega el excuñado de J que recibió un premio de National Geographic a los mejores arqueólogos. Emerging Archeologist. Pero debido al embargo no le dieron los 10.000 dólares de premio. Encontró un barco islandés anterior a la llegada de los españoles. El descubrimiento del siglo al parecer pero que no ha tenido ninguna repercusion mediática.

Cuando ya nos estamos yendo empiezan a preguntar a los españoles por las diferencias entre Cuba y España. L comenta acerca del precio de la leche y replican que tienen leche en polvo gratis. L, imprudente, dice que con el sueldo no se puede comprar eso. A mi me tientan con el precio de las cosas y contesto que he visto el precio de unos bombones muy alto. Me contestan que no es de primera necesidad y decido no entrar en debate. Empiezan a hablar del bloqueo. No dejan de repetir que estamos en el tercer mundo. Que no se nos olvide. Me llama la atención todo lo analógico. Eduardo es una biblioteca andante. Dice que en los libros tiene todo lo que necesita saber. Me pregunto cómo sería esta persona con acceso a internet. Pero ni me planteo comentárselo. ¡Olvidatedeso!

Decidimos hacer tiempo en un bar junto al museo del ron. Empieza a tocar una banda de son. Un contrabajista, un guitarrista, un percusionista y un tres que es un instrumento parecido a la bandurria con tres cuerdas dobles. El segundo tema que toca me eriza la piel. Dice algo de "Por mujeres como tú. Estoy estacionado en el fracaso". Una sensación de superposición de emociones. Como un erizar multidérmico. Solapamiento emocional... Parece un interludio musical apolítico que nos permite relajarnos ante lo que veremos después.

Vamos a casa de Yohan y Dely. Un matrimonio con dos hijos que viven en un palacio en comparación con la casa de Alejandro. Aún así se trata de una casa humilde donde viven con dos niños. Sabri que ronda los 8 y Diego de 11. J dice que Yohan es su hermano y que lo que le haces a uno se lo haces al otro. Dely y Yohan hacen una pareja muy moderna. Tanto que sorprende que en un país bloqueado se vean tan de su tiempo. Algo se me escapa en esto. Veo que el niño lleva una camiseta con dibujos de Minecraft y le pregunto si juega. La madre me dice que el niño quiere ser youtuber.

No entiendo nada. En un país sin YouTube cómo alguien puede ser youtuber. ¿Cómo conocen al Rubius y a toda la farándula? Me hablan de wifinet y del paquete. Una red local hecha a mano tirando cable que conecta toda Cuba de forma clandestina. El paquete es una cantidad de información impresionante volcada en la red que incluye series, vídeos de YouTubers... Flipamos literalmente. Hablamos de cómo la tecnología se abre camino cuando se le pone límites. Cómo la ética hacker abre puertas para que la información fluya por el subsuelo. Flipo nuevamente. Menudo contraste. Menuda diferencia entre un niño de 11 años lleno de vida que quiere ser informático, aprender a programar y jugar online, como cualquier niño del mundo, con el anciano enfermo de cáncer que morirá pronto en una colmena. Parece una triste metafora de la sociedad cubana. Un viejito al que te pasarías horas escuchando acerca de sus teorías sabiendo que la verdadera revolución la hace un niño de once años con ganas de jugar online.

Dely lo califica como la válvula de escape de una olla a presión.

En mitad del océano

En algún lugar en medio del Atlántico he sido consciente de lo que es irse.

He decidido ver Interestellar en la pantalla de delante de mi asiento y me he dormido en casi todo el principio de la película.

Es duro dejarlo todo dice Matthew. Establezco un paralelismo entre el viaje exploratorio de interestelar, el planeta de melancolía y mi viaje.

Junto a mí viaja un señor cubano de pocas palabras cuyo único entretenimiento durante todo el viaje es mirar en su pantalla el lento movimiento del avión. Pasa las 10 horas de vuelo así. en un pequeño momento de desesperación increpa al avioncito de la pantalla diciéndole ¡Vamoos!. Comparte conmigo un pastelito que le sobra de la comida. Un bocata de carne y cualquier cosa que le sobre. Detrás de mí viaja un verdadero animador de fiestas equipado con un altavoz bluetooth muy potente que aprovecha para conectar cada vez que la tripulación de despista provocando la animación y la risa de su alrededor y la frustración de una mujer española que quería ver una película. La mujer se le queja y a mí me parece que la queja está muy fuera de lugar, lo cual me sorprende pues en España está situación me hubiese resultados están a mí tambien. Debe ser que sin darme cuenta ya he aceptado que estoy en Cuba y Cuba parece ser eso. En un momento en que me quedo dormido me despierta un aplauso. Al parecer el animador ha conseguido una heroicidad y ha encontrado una madre lactante de repuesto para un niño que lloraba porque a su madre se le había cortado la leche. El hombre había pedido a voz en grito una teta provocando la risa de todo el pasaje.

Aterrizamos en un nuevo aplauso generalizado al que me sumo y el animador vuelve a poner música. Contrasta este ánimo con sus continuas referencias a la supuesta costumbre de robar las maletas por parte de los empleados del aeropuerto y quejas generalizadas sobre lo que no hay en Cuba y si hay en España. Intuyo un poco de sorna hacia los españoles que vienen de turismo a Cuba.

Cruzo los trámite burocráticos y mi mochila tarda en salir una hora larga desesperante. En la salida me espera Carlos Luis. El padre de Janios, un ex compañero de trabajo cubano que se ha unido al principio del viaje. El padre Janios es un ingeniero de 74 años que sigue dando clase en la Universidad. Después de una hora de espera no muestra ni una muestra de desesperación, casi parece que de alguna forma ha disfrutado la espera y me acuerdo de mi compañero de asiento y de su falta de necesidad de entretenimiento.

Nos dirigimos al párking y nos subimos a un Lada blanco. Un coche ruso que me trae recuerdos de los coches de mi infancia. El olor, el sonido del motor... Parecen máquinas distintas a los coches actuales. Cero electrónica. Hago el gesto ya mecánico de ponerme el  cinturón de seguridad y mi mano se encuentra con un vacío. No hay cinturón.

Llegamos a la casa donde la madre de Janios nos recibe y me ofrece de todo lo que tiene. Le acepto una cerveza y un café. La cerveza no tiene etiqueta ni marca y los vidrios tienen distintos colores. Al parecer es una cerveza estatal que está muy buena. Hago esfuerzos para que no se me escape que su hijo llega en unas horas ya que es una sorpresa y yo soy muy bocas. Hablamos un buen rato y conscientemente eludo el tema de la política. El padre de Janios me ofrece un puro que acepto gustoso y nos hacemos una foto. Me enseñan una cartilla de racionamiento. Por ahora lo más sorprendente del viaje. La primera prueba tangible de que estas en un régimen comunista y que la vida allí no es como los vídeos que les enseñan a los turistas. Pienso que ver esto está más en línea con mi idea del viaje que ver peces de colores haciendo submarinismo.

Ponemos rumbo de nuevo al aeropuerto y esperamos una hora hasta que salen Janios y Leiva. Llegamos a casa y la sorpresa a la madre de Janios es mayúscula. No dejará de hace referencia a los temblores que le ha provocado. La madre nos saca una ensalada que llama ensalada fría. Una especie de ensaladilla rusa con pollo, cebolla y piña en mayonesa y mostaza.

Janios pide los periódicos de "ese" día. Y nos sacan periódicos del día de la muerte de Fidel. Me sorprende ver portadas idénticas de dos periódicos distintos.

Son las 22 pero para mí son casi las 6 de la mañana y mi cara delata el sueño y me lo notan. Ponemos rumbo a la casa en la que nos hospedamos. Los cubanos ahora pueden alojar turistas y esto ha convertido sus casas en una especie de hospedajes forzados. A pesar de estar muy cansado hablamos un rato con los dueños de la casa. El chico se llama Yaniel al que mi amigo Daniel llama tocayo. Tras resolver el entuerto nos vamos a dormir.

Nos despierta un gallo.

Supongo que la extensión de esta página se debe a lo sorpresivo de todo lo visto. Sospecho que, como pasa con todo, cuando la vista se acostumbre me centraré en lo esencial, pero ahora mismo todo me llama la atención. Todo es nuevo, cualquier rincón tiene algo. Cualquier ventana es llamativa.

Sunday, January 1, 2017

Presentación, nudo y desenlace

De estas tres palabras hay una que sobra. Presentación es la invitada por compromiso a esta fiesta. Nudo y Desenlace, a pesar de ser antagónicos, parecen llevarse bien y hacen complot para marginar a Presentación. Planean cambiarla por cordel, soga o cable. Algo enmarañable y desenmarañable, y no Presentación, que parece un nombre de señora a la que llaman Presen* o PowerPoint. Sirva esto a modo de presentación a la presentación.

Para el que le gusten los nudos y los desenlaces le advierto que en este blog solo habrá presentaciones. No habrá aventuras ni finales épicos. Todo una llanura descriptiva, nada de acción, ni una sola explosión, ni un disparo, ni un romance, ni una trama. Todo será estático y puro.

No se lo cree nadie.

En fin, que esto será el blog donde irá a parar todo lo que tenga que decir sobre el viaje que llevo planeando durante el recién difunto** 2016.

Avisos:

  • Normalmente escribo en libretas. Estoy obsesionado con la caligrafía y escribir tecleando cada vez me gusta menos. No sé quién hay al otro lado. No sé para quién escribo. ¡Quién es usted!
  • Intentaré escribir algo al menos una vez por semana. Pero quien me conoce sabe que mi talón de Aquiles es la constancia. Aquíles digo... jejejeje
  • El tono será cambiante dependiendo de mi estado de ánimo. Intentaré que sea risas, pero quiero matar al payaso de vez en cuando y escribir un poco de todo.
  • Sobre el título escribiré algo más adelante.
  • No creo que esto vaya a ser un blog de consejos de viaje. De esos hay muchos, pero si tenéis preguntas podéis plantearlas en los comentarios.

*Me gustan mucho los nombres de señora como Asunción a la que llaman Asun. He empezado a tejer conexiones y he pensado en señoras y sus abreviaturas. Asuntas llamadas Asun también y creando confusiones. La asunción de que se Asun sea asunción y no Asunta. Presunta, llamada Presun a la que confunden con Presen. Asun, Presen y Presun. Estas tres amigas que me han dado unos minutos de diversión pequeña. Desen también cabría. Doña Desenlace. Parece que le pega más a una mujer. 

** Difun, que se llame Difunto y le llamen Difun. No, cómo se va a llamar difunto. Algo que ver con difuisión. Don Difundorio ha venido esta tarde de visita.